lunes, 27 de marzo de 2017

Vete y vive

película

Ser digno de ser*

Esta película cuenta la historia de un niño etíope de 9 años que debe separarse de su familia biológica, de su tierra y sus tradiciones, para sobrevivir. Un niño que sueña con volver a ver a su madre y que, pese al desarraigo y al paso del tiempo, no abandona sus raíces.
En 1984, miles de refugiados africanos provenientes de distintos países llegan a Sudán, desde ahí los judíos etíopes serán trasladados a la tierra prometida, en una operación organizada por Israel y Estados Unidos.
En medio de la violencia y el hambre que se vivía en África, una mujer decide hacer pasar a su pequeño hijo por judío y salvarlo de una muerte segura. El mandato materno es implacable “Vete, vive y no vuelvas”. Es la voz que permanecerá latente en su mente y en sus recuerdos.
Un aspecto interesante de observar es el intenso proceso emocional que vive un niño, cuya vida se transforma de un día para otro, como es el caso de muchos niños que son adoptados en contextos de guerra. Las adopciones con fines humanitarios guardan una realidad cruda y dolorosa, de pequeños seres profundamente lastimados.
Una pareja israelí se transforma en los padres adoptivos del niño africano, siendo la madre, Yael, la mujer que se convierte en el refugio emocional donde lentamente el pequeño puede ir sanando sus heridas. Son conmovedoras las escenas donde ella, paciente y compasiva, lo abraza y lo envuelve con un amor generoso y desprendido.
Vale la pena ver este filme que muestra gran respeto por el ritmo de la historia, y que abarca varias reflexiones en torno a las vivencias de aquellos que han sido adoptados, como es el conflicto por la coexistencia de la madre biológica y la adoptiva en la vida del protagonista. Una búsqueda larga, que finalmente es resuelta.

* Va, vis et deviens, de Radu Mihaileanu


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