por Carolina Mila
La
investigadora Danielle Teller afirma que la paternidad se ha convertido en una
nueva religión. Y “al igual que con muchas otras religiones, ésta
requiere de una completa devoción irreflexiva por parte de sus practicantes”.
No se permite que nada en la vida sea más importante que los hijos, y
nunca debemos decir ninguna palabra desleal acerca de la relación que tenemos
con ellos.
Esto no
siempre fue así sin embargo.
Para ello
basta con leer el ensayo de Ayelet
Waldman en el New York Times, en el que sostenía que ella amaba a su marido más
que a sus hijos, y que a la larga esto había tenido un impacto positivo
en su familia porque los niños crecían en un ambiente sólido gracias a la
seguridad que se establecía sobre la relación de sus padres. El ensayo no fue
bien recibido, sin embargo: no sólo fue abucheada en Estados
Unidos por ser una mala madre, sino que también fue amenazada físicamente por
extraños y muchas personas le dijeron que la iban a denunciar a Servicios de
Protección Infantil.
No es así
como una sociedad civilizada lleva a cabo una discusión con la mente abierta:
así es como una religión persigue a un hereje. Esta es la argumentación de
Danielle Teller: