Puede que tu hijo se enfade o entristezca al hablar, o pensar, sobre su
adopción o su pasado.
Ayudar a tu hijo a asimilar su historia no se limita a irle transmitiendo
la información a medida que está preparado para procesarla. Significa también
ayudarle a digerir las emociones que este proceso conlleva.
A los padres nos gustaría creer que, si hablamos de ello con las palabras
adecuadas, nuestros hijos encajarán sin dolor su historia. Lamentablemente,
esto no es cierto. Descubrir que la vida es a veces muy injusta es siempre un
proceso doloroso.