estrategias para convivir con emociones difíciles
Vivimos en una cultura que nos impulsa a estar bien todo el tiempo. En un artículo anterior hablamos sobre el mito de la felicidad constante y la importancia de aceptar todas nuestras emociones, incluso las incómodas. Hoy queremos dar un paso más: ¿cómo podemos acompañar lo que sentimos sin juzgarnos, sin reprimirnos y sin dejarnos arrastrar por el impulso?