Hace tiempo
que todos estamos acostumbrados a entrar, ver, leer, publicar y contar nuestra
vida en internet. El uso de las redes sociales se ha multiplicado por cien en
los últimos años y a nadie le extraña ya ver las fotos de su cumpleaños
colgadas en Facebook (por él o por un amigo), a su sobrino recién nacido en
Instagram o la fiesta de fin de curso en Twitter. Somos adultos y, por tanto,
debemos conocer lo que suponen esas publicaciones. El problema surge cuando lo
que queremos colgar son las fotos de niños…
Este fin de
semana alucinaba con algunos comentarios de familias que tienen ya con ellas a
sus pequeñajos adoptados. Al parecer, es muy frecuente que las familias,
amistades, vecinos y "colegas" que desaparecieron de tu vida hace un
siglo de repente quieran saberlo todo de ti y, por supuesto, de tu recién
llegado retoño. Y con la manía que tenemos de subir todo a Facebook, Pinterest
o Flickr los problemas tenían que surgir antes o después.
Una cosa
hemos de tener clara: los padres somos los responsables de proteger la
privacidad de nuestros hijos, sean adoptados o biológicos. Sólo nosotros
podemos decidir si una foto de nuestros hijos se puede colgar en las redes
sociales, enviar por e-mail o pasar por whatssap. Es lógico que nuestras
familias y los amigos, o los compañeros de trabajo, o aquella vecina que tanto
nos quería y a la que hace tiempo no vemos se interesen por nuestros hijos y
deseen tener una foto de ellos o ver cómo crecen día a día, o mes a mes. Sí, es
lógico. Pero no, no siempre es posible. Y ahí estamos los padres para decidir
cuándo es posible y cuándo no, se enfade quien se enfade. Porque, ante todo,
nuestro deber es preservar la identidad de nuestros hijos.
Si eso es
así en el caso de hijos biológicos, no descubro América al decir que en el caso
de adopción, sobre todo nacional, este aspecto adquiere una importancia VITAL.
Para quien no sepa muy bien cómo funciona la adopción nacional en España: en
nuestro país hay muy pocos niños abandonados, en sentido literal, por sus
familias biológicas. La mayor parte de los niños entregados en adopción han
sido retirados a sus familias por los Servicios Sociales (casos de abandono,
maltrato, etc.) Se trabaja con las familias biológicas para intentar que
superen sus problemas y puedan hacerse cargo de nuevo de sus hijos, bien los
padres bien un familiar cercano, y sólo cuando los Servicios Sociales
comprenden que no hay nada qué hacer y es totalmente imposible que una familia
cuide de sus hijos, éstos son dados en adopción. Lo cual quiere decir que en
una gran mayoría de casos las familias biológicas no están de acuerdo con la
adopción y van a recurrirla.
Este proceso
significa, por tanto, que durante unos años la mayoría de las familias
adoptantes van a tener en casa a sus hijos en régimen de acogimiento. En su
corazón son padres e hijos, pero legalmente no lo son... todavía. Los menores
mantienen sus apellidos biológicos y siguen perteneciendo a su familia de
origen hasta que un juez diga lo contrario. Entre recursos, apelaciones, etc,
pasan varios años hasta que esos niños son legalmente "nuestros
hijos" y podemos cambiarles los apellidos.
De todo
esto, cabe deducir que es importantísimo para la seguridad del menor y del
proceso que el niño JAMÁS salga en una foto en las redes sociales. No hay que
dar indicios a la familia biológica de dónde está su hijo o quién lo ha
adoptado, para evitar problemas como es de suponer. Por tanto, cualquier adulto
con dos dedos de frente debería entender el especial cuidado que hay que llevar
con estos niños, ¿no?....
Entonces,
¿por qué hay tantos adultos que insisten en saber dónde han nacido nuestros
hijos o cuál es su verdadero nombre? ¿No entienden que cualquier desliz que
cometan, ellos o sus padres, aunque no sea con mala intención, puede poner en
peligro al niño? Pues no, al parecer sigue habiendo muchos "adultos"
a los que puede más el cotilleo y las ganas de saberlo todo del prójimo que la
seguridad de un niño o el respeto a las normas de un procedimiento. Pues
señores, si de mí dependiera... que les den por saco. La seguridad y privacidad
de mis hijos será responsabilidad mía y yo seré quien decida a quién le muestro
mis hijos y cómo. Quien no quiera entenderlo.... puerta.
fuente: papasporadopcion.blogspot.com
ARTÍCULOS RELACIONADOS:
No hay comentarios:
Publicar un comentario