Cerca de tres años permanece un niño en un hogar de menores. Saber quién lo cuidó, cuándo dio sus primeros pasos y tener fotos, es un derecho que un grupo de psicólogos busca resguardar. El derecho a tener historia e identidad.
Por
Paulina Sepúlveda Garrido
Para
resguardar ese registro emocional e historia de niños en situaciones
vulnerables, el psicólogo Matías Marchant, director de la Corporación Centro de
Salud Mental Casa del Cerro, creó los denominados Libros de la Vida, en los que
se van registrando los acontecimientos importantes de estos menores y en los
que se incluyen fotografías.
Hace cuatro
años que en Casa del Cerro desarrollan estos libros, gracias al apoyo
financiero de la Fundación San Carlos de Maipo. Camilo Morales, psicólogo
coordinador del programa de revinculación familiar de Fundación Casa del Cerro,
dice que trabajan con menores separados de su familia de origen, por lo que
esta herramienta busca revincularlos.
El proyecto
se inició en el hogar de menores Santa Catalina, y se ha replicado en otros
tres. A la fecha ya se han confeccionado 80 Libros de Vida.
Los niños son
acompañados en la creación de estos textos con psicólogos o tutores garantes de
derecho. Estos se reúnen semanalmente por cerca de una hora con el menor. Si
este tiene más de tres años, juntos van construyendo cómo ha sido su
experiencia de internación y su historia previa. En el caso de los más
pequeños, quienes los cuidan van anotando cada uno de sus eventos.
“Los niños proponen temas que para ellos son
importantes. Uno de los primeros es hablar de su familia, cuál es el vínculo
que tiene con su papá, mamá y hermanos”. Todo acompañado de dibujos o
fotografías. Esa preocupación de guardar fotos de los niños de sus primeros
años de vida, de sus familias, les da sentido de pertenencia y les permite
formar su identidad.
Esta
herramienta rescata sus orígenes, sostiene Morales, independiente de que haya
sido una historia dolorosa y de abandono: “Él tiene una historia que le da un
lugar en el mundo”.
El derecho a la historia
Esteban
Gómez, psicólogo y director ejecutivo de Fundación América por la Infancia,
dice que los tiempos de permanencia en una institución son en promedio 2,7
años. “Es mucho tiempo, para un bebé o para un niño de tres años. Se supone que
la medida es transitoria”.
Por la lógica
de las instituciones se tiende a uniformar todas las rutinas y procesos, dice
Gómez. Pero no se ajustan al interés superior del niño. “Antes del año 2000
todo estaba bien si tenía pan, techo y abrigo. Hoy se obliga a mucho más que
eso. Se entiende que es dueño de una continuidad histórica que se debe
proteger. Para construir esa identidad tiene que tener recuerdos”.
Camila de la
Maza, abogada de la Facultad de Derecho de la U. Diego Portales, y autora
principal del capítulo “Derechos humanos de la infancia y adolescencia:
¿Asegura el Estado a los niños, niñas y adolescentes el derecho a vivir en el
seno de una familia?”, del Informe de DDHH 2015, destaca que el derecho a
identidad no se limita a tener un nombre y conocer su origen. “La Ley 19.620
reconoce que es parte de los derechos de los niños conocer su origen. Esta
iniciativa los observa desde sus inicios como objeto de derecho, para que sepan
cuando grandes quién los cuidó y quién los contuvo. Es determinante saber que
alguien se preocupó de ellos y fueron importantes para un otro”.
En el
seguimiento de niños en adopción, destaca Gómez, se ha visto que dos de cada
tres tienen posteriormente problemas en la construcción de su identidad. Y de
eso no somos conscientes, advierte. “Se
asume que cuando un niño es adoptado es como borrón y cuenta nueva. Pero eso no
es así, hay que entender que somos responsables no sólo de lo que ocurre ahora
con ese niño, sino lo que pasará en 10 ó 15 años más. Cuando crezca hará
preguntas y esto los ayudará a conocer su historia”, aclara.
Fuente: Tendencias, La Tercera 25/10/15
Hermosa iniciativa. Yo tengo un álbum de fotos que me entregaron en el hogar donde estuvo mi hija y es maravilloso, no sólo para los hijos, sino para los padres el tener registro de sus vivencias antes de encontrarnos. Ojalá se replique en todos los hogares.
ResponderEliminarEs estupenda la idea, sobre todo cuando en el colegio y en el jardín te piden fotos de cuando eran guaguas, y te preguntan cuando caminó. A mi hijo lo adopté de 2 años y medio, pero me hubiese encantando conocerlo antes. Buenísima la página, con mucha información y sobretodo con orientación para los padres adoptivos. Muchas gracias!
ResponderEliminargracias a ti y a todos quienes nos siguen y dejan sus comentarios, que son un aporte para todas las familias que han seguido o piensan seguir el camino de la adopción
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