martes, 25 de julio de 2017

En la escuela

el niño adoptado puede ser diferente, pero no es distinto

El paso de incorporar a los niños a la sociedad pasa por el colegio (o la guardería si son muy pequeños).
La escuela desempeña un papel muy importante a la hora de ayudar a integrar a los niños que proceden de otros países, de otras culturas, en el colegio el niño se encontrará con sus iguales, pero va a estar “solo”. Allí sentirá todo lo que tiene en común con ellos y allí también percibirá las diferencias con respecto a sus compañeros (más si estamos hablando de niños de otras razas, con otras costumbres o con otro idioma). Serán las diferencias las que provoquen mecanismos de aceptación o rechazo, de tolerancia y solidaridad y a veces también desgraciadamente de crueldad. Puede ocurrir que lo que en casa el niño viva de una forma anecdótica en la escuela se convierta en motivo de sufrimiento, y viva la escuela con ansiedad.
Muchas veces los niños cuando se enfadan o quieren fastidiar a un compañero tienen una gran habilidad para hacer resaltar de una manera negativa alguna característica que le diferencie del resto del grupo. Chino, negro, “kazajo suena a escupitajo”, “ruso de m…”,” tu madre no es tu madre de verdad”, etc. Este tipo de situaciones influye muy negativamente en la autoestima de los niños por lo que es muy importante trabajar y verbalizar dentro de la clase las diferencias entre ellos y buscar siempre los aspectos más positivos, responder a las dudas y ofrecerles respuestas adecuadas a su edad y madurez emocional. Si no se está atento, las palabras de los compañeros pueden ir calando en el interior de los niños que se sienten diferentes a sus compañeros de clase: sentirse diferente es difícil y a veces duele.
Es necesario desde casa dotar a los niños adoptados de recursos para que puedan salvar las dificultades, prepararlos para que sepan responder de forma asertiva ante situaciones de intolerancia, muchas veces, fruto de la falta de información.
En el aula es necesario realizar actividades para educar a tratar las diferencias, no sólo las de los niños de color de piel, lengua o rasgos diferentes, sino que igualmente ha de hacerse con el tema de cómo se forman las familias, o de los problemas y circunstancias que surgen en estas: separaciones, familias reconstituidas, adopciones, fallecimientos etc.
Es el maestro en el aula quien puede facilitar la integración del niño. Él mismo ha de entender en profundidad esas diferencias y lo que significan.
Comprender bien a un niño, educarlo, instruirlo e integrarlo es una tarea sumamente difícil que, lamentablemente depende del talante del maestro y su disposición, ya que por parte de la administración faltan programas concretos para orientar a los profesionales de la educación, que no recursos, ya que existen guías, libros, y materiales como cuentos y películas, con las que poder trabajar esta diversidad, si es la disposición del educador.
Diferente pero no distinto
El niño adoptado es diferente por su origen, cultura, idioma, y su historia previa, pero no es distinto de los demás niños. Es muy importante que los educadores estén familiarizados con los temas de la adopción. Estar bien informado le ayudara a entender, comprender e interpretar de manera adecuada los comportamientos y conductas de estos alumnos, desechando a la vez los prejuicios que a veces se dan de que todos los problemas escolares se deben a la condición de adoptado. Adoptado no es sinónimo de problemático, pero es posible que haya niños cuyo trato diario no resulte fácil, los profesores han de estar preparados para atender a los niños que puedan tener una disparidad con respecto a los demás, porque no hayan ido nunca a clase, por cultura, o porque no hablen el idioma, o porque su historia previa haya sido particularmente dura.
Desgraciadamente ocurre que algunos maestros, ajenos a las dificultades del niño, acaban elaborando hacia estos alumnos sentimientos negativos y a veces resulta que pasan de ser comprensivos en un principio con ese niño que ha sufrido y lo ha pasado mal a etiquetarlo como niño problemático, y la escuela acaba siendo un lugar hostil para todos. Es cuando sucede (y no en pocas ocasiones) que la escuela ha pasado de ser un sitio donde aprender el juego de la vida a un lugar donde la vida es una dura lucha diaria, para todas las partes, niños, maestros y padres.
El maestro tiene una importante función reparadora ya que el niño puede establecer vínculos con él como figura de apego que en el colegio representa el referente adulto. La relación de confianza que el niño establecerá con el profesor será decisiva para asimilar los aprendizajes que este le proponga, pero todo va a depender de su personalidad, incluso de su capacidad para asumir lo que el niño proyecta en él, no del método que emplee para enseñar ni de la materia que enseñe.
fuente: adopcionpuntodeencuentro.com

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1 comentario:

  1. Guía. La respuesta educativa en la escuela inclusiva al alumnado adoptado.

    http://www.hezkuntza.ejgv.euskadi.eus/contenidos/informacion/dig_publicaciones_innovacion/es_escu_inc/adjuntos/16_inklusibitatea_100/respuesta_educativa_alumnado_adoptado_c.pdf

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