Por
todos es sabido que los abuelos tienen un especial cariño, una infinita
paciencia, un enorme amor y un buen saco de caprichos para sus nietos; porque
"Los padres educan y los abuelos malcrían", es una frase
infinitamente escuchada en los abuelos que conozco o me cruzo en mi trabajo. Y sí,
todo eso es cierto, llegado el momento de disfrutar de los nietos se sienten
libres de la presión que supone "educar" a los hijos y con mucha más
experiencia que los padres.
¿Pero
eso ya lo sabemos? Yo al menos lo tengo asumido.
Pero
hoy me apetece contaros la mirada de una abuela de corazón, una mirada que me
ha impresionado y emocionado tanto, que cada vez que la recuerdo se me empañan
los ojos aun habiendo pasado varios días. Porque ser abuela de corazón supone
un implemento, un plus.
En mi
familia todos estamos sensibilizados con la adopción, a todos nos sonaba y
hablábamos de adopción desde que yo recuerdo, porque desde siempre he sabido
que mi abuelo y sus hermanos fueron adoptados y lo hicieron familias
diferentes, cercanas, permitiendo las visitas entre los hermanos, pero eso ya
os lo contaré otro día.
Y
ahora que estamos aquí en familia, también os cuento que mi madre ya está
haciendo una mantita de colores, hemos elegido colores que sean
"unisex" porque no se sabe si será niño o niña y como la abuela hace
punto solo a ratillos y cuando puede, ha querido empezar. Aunque también os
confieso que está loca por poder comprar alguna cosita pero está prohibido
hasta que sepamos edad y sexo, claro que ya ha empezado la manta, comprado un
cojín precioso de una nube... ¡¡¡Ayyy!! ¿cómo freno a la abuela?
¡Si es
que es la abuela y está tan emocionada como yo!
Hace
unos días me crucé en la calle con una vecina que tiene una nieta adoptada, de
Etiopía y preciosísima, pues bien, iba hablándole a su nieta que ronda ya los
8-9 años con tal dulzura, cariño y paciencia que los segundos que esperábamos
para cruzar me emocionaron. Ella no se dio cuenta siquiera de mi presencia
porque iba centrada en la conversación con su nieta. Me faltan las palabras
para expresar tantas cosas como sentí.
Unos
días después volvía a ver a esta abuela, ella me conoce a mi y a mi familia, mi
madre hace meses que le dijo que estaba en proceso de adopción y después no
habíamos podido hablar un ratillo porque siempre había mas personas. En este
encuentro, sin testigos mas que mi madre, pudo contarnos las emociones y
recuerdos de cuando su hija llegó a Málaga con esta princesita en brazos, tan
pequeñita, parte de lo que han vivido hasta ahora y el enorme amor que siente
por su nieta. Como le brillaban los ojos, que felicidad emanaban sus palabras y
cuanto amor desbordaba. Sobra decir que tuvimos que coger los pañuelos ¿Verdad?
Pues eso... superemocionante.
Por
eso, hoy he querido escribir por todas esas abuelas de corazón, esas abuelas
que conocen las largas esperas, las impaciencias que nos asaltan mas a menudo
de lo que quisiéramos, los miedos a tantas cosas desconocidas que nos esperan,
el amor infinito que se tiene a un hijo, las lágrimas derramadas y las que
tragamos cuando un pequeñajo está a nuestro lado y saben lo que deseamos que
sean nuestros hijos los que estén en los nuestros, el deseo que nos mueve a ser
madres y/o padres de corazón, y sobre todo, que nos aman y desean vernos
felices.
¡Por
las abuelas! ¡Por nuestras madres! Porque muy pronto, en los ojos de cada una
de ellas podamos ver el mismo amor a sus nietos/as que yo he podido ver en
estos ojos amigos. ¡Gracias por sostenernos, y por el amor a nuestros hij@s,
que los esperáis tanto como nosotr@s!
Un
enorme abrazo a todas las ABUELAS.
fuente: papasporadopcion.blogspot.com
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