En una columna de Radio Bio-Bio, un
grupo de investigadores aborda la relación entre cannabis y lactancia, y
recalcan la importancia de apego, evidenciando los efectos adversos de la
medida tomada en supuesto beneficio de la recién nacida, que finalmente la
vulnera en sus derechos de cuidado, protección y afecto, además de afectar su desarrollo emocional sano.
El 18 de noviembre una joven pareja acudió al Hospital de Talcahuano, para tener a su hija que nació la madrugada del día siguiente. En la entrevista clínica ella reconoció haber consumido marihuana unos días antes del parto. Ante este hecho, funcionarios a cargo activaron un protocolo de seguridad, en que dan cuenta al Tribunal de Familia y éste dicta la prohibición que la niña sea amamantada ni pueda irse a casa con sus padres, restringiendo el contacto con la niña a tan sólo dos horas y media diarias. Esta medida se mantuvo por 12 días, hasta que es dejada sin efecto por el Tribunal de Familia y finalmente los padres pueden llevar a casa a su hija, terminando con un periodo de privación afectiva en la etapa más vulnerable y carente en la vida de todo ser humano.
El 18 de noviembre una joven pareja acudió al Hospital de Talcahuano, para tener a su hija que nació la madrugada del día siguiente. En la entrevista clínica ella reconoció haber consumido marihuana unos días antes del parto. Ante este hecho, funcionarios a cargo activaron un protocolo de seguridad, en que dan cuenta al Tribunal de Familia y éste dicta la prohibición que la niña sea amamantada ni pueda irse a casa con sus padres, restringiendo el contacto con la niña a tan sólo dos horas y media diarias. Esta medida se mantuvo por 12 días, hasta que es dejada sin efecto por el Tribunal de Familia y finalmente los padres pueden llevar a casa a su hija, terminando con un periodo de privación afectiva en la etapa más vulnerable y carente en la vida de todo ser humano.
La siguiente columna fue escrita por José Sepúlveda-Ugarte,
bioquímico MSc.,
Fernando J Sepúlveda, bioquímico PhD.,
Ximena Steinberg, bioquímica PhD.
Equipo Fundación
Ciencias para la Cannabis.
A pesar que la cannabis es la droga ilícita de mayor uso en el mundo, no existe un
consenso respecto de los posibles efectos adversos que se producen en un bebé
gestado por una madre que la consume.
Los estudios en este tema
son escasos y presentan serios problemas metodológicos, partiendo porque en la
mayoría de ellos se ignoran variables biopsicosociales fundamentales para
describir el fenómeno de forma acabada.
Mientras algunos reportes
médicos sugieren que niños expuestos a cannabis durante la gestación presentan
deficiencias en el nacimiento y posterior desarrollo de habilidades cognitivas
y psicosociales otros reportes no logran registrar y comprobar dichos efectos
nocivos. Básicamente, el fenómeno no es reproducible, no es robusto.
Cabe destacar que los
efectos deletéreos mencionados se reportan sólo en casos de consumo crónico de altas dosis de cannabis por parte de la madre gestante,
ignorando que en dicho grupo de riesgo también encontramos una alta incidencia
en el uso de otras sustancia (policonsumo), junto a condiciones de mal
nutrición, pobreza y stress.
No se ha logrado demostrar efectos negativos en hijos de
madres usuarias ocasionales de la sustancia. Incluso aceptando el sesgo de estos estudios, los intentos
por relacionar el consumo de cannabis durante la gestación con un mayor riesgo
de aborto espontáneo, cambios cromosómicos, malformaciones físicas o muerte
perinatal han sido infructuosos.
No se ha descrito la
necesidad de tratamiento farmacológico para la intoxicación o síndrome de
abstinencia por cannabis en recién nacidos, de hecho, sólo se le considera una
intoxicación leve.
Sí se ha logrado
encontrar una relación epidemiológicamente consistente en la reducción de peso
y el tamaño del bebé al nacer, de madres con consumo excesivo de cannabis
durante el embarazo, lo que en este caso es irrelevante dado que el recién
nacido en cuestión presenta un talla y peso dentro de los rangos de referencia
considerados normales.
El sistema endocannabinoide,
descrito durante los años ’90, es parte fundamental de la mantención de las
funciones biológicas normales de todo individuo mamífero, y participa de manera
importante en etapas tempranas del desarrollo embrionario. Aplicando el
principio de precaución en medidas de salud pública, se recomienda a las madres
la suspensión del consumo de cannabis durante el período de embarazo y
lactancia.
En el caso de usuarias
crónicas, se aplican estrategias de reducción de daño para llevar el patrón de
consumo hacia uno de tipo ocasional, y así reducir la probabilidad de que el
infante presente los efectos adversos reportados previamente por consumo
abusivo de cannabis durante la gestación.
La Ley 20379 promulgada
el año 2009 crea el Sistema de Protección Integral a la Infancia, dentro del
que se define el programa “Chile Crece Contigo”. Este sistema nace con el fin
de apoyar a las personas desde el inicio de sus vidas, y así colaborar a que
cada chileno y chilena logre desarrollar al máximo las capacidades y potencialidades
con las que nace.
En el Manual de Lactancia
Materna, Contenidos Técnicos para profesionales de la Salud se describen los
criterios para la suspensión de lactancia en consumo de sustancias. Se
recomienda suspender el consumo de Cannabis o “marihuana” por 24 horas para un
usuario ocasional, situación del caso en cuestión.
En el mismo manual, se
indica que para usuarias
crónicas (se entiende como usuario intenso a un consumo mayor a un cigarrillo
de cannabis por día) se suspende la lactancia por 14 a 30 días.
Este tipo de medidas no
se sustentan sobre la base de la evidencia científica, dado que la
concentración de fitocannabinoides que se pudiese encontrar en leche materna
luego que la madre consume un cigarrillo es muy bajo, del orden de los nanogramos
por milímetro considerado incluso como trazas de sustancia. Lo anterior pone en
evidente cuestión la viabilidad de los efectos psicoactivos de la cannabis
sobre el recién nacido.
El establecimiento del
lazo emocional del apego madre-hijo también es un fenómeno común para todos los
mamíferos. La relación piel-con-piel entre ambos al momento del nacimiento
autorregula su fisiología y salud mental.
Por ejemplo, en el recién
nacido estimula la maduración del sistema de termorregulación, respiratorio, la
frecuencia e intensidad del llanto y su comportamiento. A su vez, la madre
comprende y responde mejor a las necesidades del niño y disminuye su
probabilidad de desarrollar una depresión posparto.
Existe suficiente
evidencia que muestra que un niño que ha sido separado de su madre al nacer
sufre efectos perjudiciales en su desarrollo cognitivo, menguando su capacidad
de respuesta al estrés, de aprendizaje y habilidad social a lo largo de su
vida.
El apego es el resultado
de 4 mecanismos: programación de comportamiento, perfil de neuromoduladores, la
activación de señales sensoriales y el amamantamiento, todos ellos dependientes
de la interacción piel-con-piel entre madre e hijo.
La poco criteriosa
conducta de la dupla Psicosocial evaluadoras del equipo “Chile Crece Contigo” a
cargo del caso, coarta la posibilidad de que la hija recién nacida de Sindy
Ortiz y Cristopher Montorfano desarrolle dicho apego con normalidad,
condenándola a cargar con consecuencias negativas inducidas por agentes del
Estado de Chile, como lo es retraso en el desarrollo de sus capacidades
cognitivas y psicosociales, quizás incluso por el resto de su vida.
Dicho sea de paso, la
medida tomada por esta dupla psicosocial se contrapone con el objetivo
fundamental del programa Chile Crece Contigo, que busca promover la lactancia
materna e incentivar la generación de apego madre-hijo.
Como antecedente
adicional, hemos consultado por este caso al Dr. Carlos González, médico español referente internacional en temas de
lactancia materna, y presidente de la Asociación catalana de lactancia materna, quien nos ha entregado su opinión de
este caso:
“La conclusión de la
Academy of Breastfeeding Medicine, es que ‘las madres que amamantan deben
recibir orientación para reducir o eliminar su consumo de marihuana a fin de
evitar exponer a sus bebés a esta sustancia’, lo que está muy lejos de la
sobreactuación que han tenido en ese hospital.
El consumo de alcohol puede afectar mucho más al bebé que
el de marihuana, pero
seguro que no habrían tratado así a una madre que reconociera tomar alcohol de
vez en cuando (e incluso a una madre que reconociera tomar tres cervezas
diarias, cantidad muy superior al “máximo permitido” durante la lactancia, no
le habrían quitado al niño, sino que le habrían recomendado beber menos… o no
le habrían dicho nada, si el médico es de los que beben cuatro cervezas).
Y claramente la lactancia
artificial tiene efectos perniciosos sobre la salud del bebé, muy superiores y
mucho mejor probados que los débiles efectos que, según algunos estudios, puede
tener la marihuana:”
Como última reflexión no
queremos dejar de mencionar que el resultado positivo de un test de drogas no es sinónimo de dependencia a
dicha sustancia, ni
menos debería justificar la separación de una madre de su hijo recién nacido.
fuente: http://www.biobiochile.cl/
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