lunes, 14 de septiembre de 2015

Adolescencia, adopción y drogas


Según un estudio, el factor genético influye en la vulnerabilidad a las drogodependencias
fuente:http://www.elmundo.es/
Fernando tiene la droga grabada en los genes. Sus padres biológicos eran heroinómanos, yonkis que le dieron en adopción a los cinco años. Y en su nueva casa con una pareja de clase trabajadora cumplió los seis, los siete, los ocho, los nueve... Hasta que a los 11 años la herencia que llevaba en la sangre comenzó a engullir a ese preadolescente hiperactivo y atormentado.
"Empecé con los porros y luego fue un no parar, me metía todo lo que me ponían delante", cuenta Fernando, que hoy tiene 20 años y ha salido y entrado tres veces de Proyecto Joven en los siete meses que lleva en el programa.
"No hemos hecho ningún estudio para saber la relación que hay entre la adopción y la drogadicción, pero creo que el día que lo hagamos nos llevaremos una sorpresa", dice Marcos Campoy, director de Proyecto Joven, el hermano menor de Proyecto Hombre, dirigido a menores de 21 años.
Como director, él ha observado cómo el patrón de ser adoptados se repite en un número preocupante de sus usuarios. Preguntado por una cifra, por una media del total, no se anima a hacer una cuenta exacta, pero a haciendo un cálculo mental aproximado diría que representan alrededor del 10% de los chavales que acuden a su programa.
Según un estudio hecho por la Universidad Commonwealth de Virginia (EE UU) en 2012 con más de 18.000 niños adoptados y recogido por la CNN, el factor genético influye en la vulnerabilidad a las drogodependencias. Los resultados arrojaron que la predisposición a la adicción es casi el doble en los niños adoptados cuyos padres biológicos -o al menos uno de ellos- eran consumidores de drogas con respecto a los que no. Un factor al que cabe añadir la importancia del entorno en el que acaban siendo criados estos niños. Según dicho estudio, los efectos genéticos sobre el consumo de drogas son menos potentes en los entornos de bajo riesgo que en los de alto riesgo.
"El drogadicto es un manipulador de la realidad, un experto en buscar excusas para su comportamiento", asegura Campoy, que cree que en muchos caso la condición de adoptado sirve de "excusa" para justificar el drama de la adicción.
En el caso de Fernando, éste no tiene ni una sola mala palabra para sus padres adoptivos, de los que habla con cariño a pesar de haberles maltratado hasta amenazarles con un cuchillo. Sin embargo, otros jóvenes como Linda, de 23 años, van más allá de un supuesto factor genético y explican su historia siempre teniendo muy presente la falta de afecto con la que crecieron, en su caso en un hogar donde convivían seis adoptados y dos hijos biológicos de una pareja de españoles funcionarios en la Comisión Europea en Bruselas.
Fernando empezó a los 11 años con la marihuana; a los 13, con cocaína; y a los 15 ya trapicheaba. Coca, MDMA, speed, cristal, setaslabios rojos... Muchas cuentas en el largo rosario de drogas de este mallorquín que a los 13 años ya "bajaba a Palma en autobús para comprar coca en Son Banya". Su pueblo, Cala Rajada, está a hora y media de la capital balear. El niño Fernando compraba la droga a adultos, que "sabían perfectamente" que era menor, pero "pasaban de todo, les bastaba con que pagara".
Perdió la novia, el trabajo y robó hasta que con 16 años le pilló la Policía y le internaron en el centro de menores de Es Pinaret. Sus padres estaban desesperados. Después de haberle pagado la terapia desde los 5 a los 13 años, ya no sabían qué más hacer para ayudarle. Hasta que un día les amenazó con un cuchillo y ellos pidieron una orden de alejamiento.

"Desde que estoy aquí creo que mi padre empieza a estar más orgulloso de mí. Ya me han quitado la orden de alejamiento. No confiará del todo hasta que no tenga el alta de verdad, pero poco a poco", explica Fernando, por primera vez afectado durante esta entrevista. Quiere a sus padres adoptivos, a los que sencillamente llama así, "mis padres", y salpica el relato de su vida con palabras como "culpa", "remordimientos", "arrepentimiento".

Los invitamos a participar del próximo TALLER PARA ADOLESCENTESlos esperamos.

3 comentarios:

  1. Buenos días, soy padre de una niña y un niño adoptados, y en una época de mi vida abusé del alcohol. Decidí que para evitar abusar, nunca más iba a beber. De momento lo he conseguido y ya han pasado muchos años desde la última cerveza. Para mí fue relativamente fácil dejarlo, pero para algunas personas que iban a la misma asociación que yo no lo era tanto.
    Hay una cosa que aprendí allí: Quien abusa de algo es porque sufre por algún motivo.
    Cuando sufrimos todos intentamos evitar o al menos calmar ese dolor. A veces tenemos suerte, encontramos la causa de ese dolor, y también encontramos una manera efectiva de evitarlo o al menos suavizarlo. Pero por desgracia otras veces no identificamos la causa del dolor, o no encontramos un remedio efectivo para él, y entonces solo queda encontrar algo que lo camufle, que lo disimule, que lo aleje de nosotros aunque sea por unas horas.
    Ese algo es el abuso: del café, del tabaco, de la necesidad de comprar algo, del sexo, del alcohol, de algún medicamento legal, o de lo que llamamos drogas, que no deja de ser algo en lo que nos arrojamos con la esperanza de que nos ayude a soportar una realidad de la que pretendemos huir.
    En mi humilde opinión cualquiera se puede encontrar expuesto a un dolor que no se vea con fuerzas para soportar y en consecuencia busque refugio en las drogas.
    Puede que en tu entorno social el consumo de drogas sea algo habitual y en consecuencia creas que es la manera de afrontar los problemas, o que tu cuerpo genéticamente tenga menos tolerancia a las drogas, o que genéticamente tengas el umbral del dolor más bajo y te sea más difícil de lo normal soportar el dolor, o puede que creas que no eres una buena persona y que lo que te mereces es vivir de una forma autodestructiva.
    Nuestros hijos han tenido una experiencia dolorosa, todos han perdido a sus padres biológicos, además unos habrán sufrido situaciones de abusos físicos y/o psíquicos, otros habrán padecido hambre o frío, otros no habrán recibido los suficientes abrazos, o la estimulación que necesitaban.
    Los padres de Fernando lo llevaron a terapia desde los 5 hasta los 13 años, supongo que hicieron todo lo que estaba en sus manos para ayudarlo. Un compañero de la asociación decía: aunque esté la asociación, la familia, los amigos. los médicos, las medicinas, al final nos guste o no estás tú solo frente a los problemas, en última instancia eres tú el que actúa de una manera u otra.
    No podemos evitar la carga genética que puedan tener nuestros hijos, ni el dolor que han sufrido, ni el que sufrirán, no podemos conseguir que el mundo entero cambie y sea un lugar justo, amable y generoso.
    Lo único que creo que podemos ofrecerles son herramientas para que en él último momento, cuando como cualquier persona tienen que tomar una decisión, lo hagan seguros de sí mismos, con el convencimiento de que deben tomar aquella que les haga sentirse bien, a gusto consigo mismos, merecedores de ese bienestar... Y confiar en la suerte, somos padres, no dioses, nuestra influencia tiene un límite.
    Un saludo y disculpad la extensión del mensaje.

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    1. Muchas gracias por tu testimonio y tus palabras que orientan ante una realidad de potencial riesgo para los hijos, sobre la cual no tenemos control, porque al fin y al cabo son ellos quienes deberán hacerse responsables de su vida y nosotros, como padres, estar presentes para apoyarlos y acogerlos en las dificultades, como también lo estamos para alegrarnos y celebrar sus logros.
      Ofrecerles el apoyo y las herramientas con que contemos, y confiar en que actuarán consecuentemente por su propio bienestar, y de ser necesario, que acudirán a nosotros en busca de ayuda.
      Esto, como dice Solo Mamá, no tiene que ver con la adopción necesariamente. Aunque puede estar presente la predisposición genética, el entorno tiene tanta o más influencia en su vida, particularmente para ayudar a sanar o compensar las carencias que viviera en sus comienzos, las cuales los padres adoptivos conocen y las que han estado dispuestos a acoger desde que deciden ser padres por adopción. Por eso éstos suelen ser más sensibles y atentos a las necesidades de sus hijos.
      A veces las estadísticas comparativas con el resto de las familias resulta engañosa, ya que suele asignar más problemas en la familia adoptiva. En ocasiones es así, porque los hijos tienen un handicap que no podemos desconocer, pero en otras sólo responde a que los padres están atentos y consultan más, siendo consecuentes con este conocimiento.
      Pareciera ser que lo importante es que los padres estén atentos a las vivencias y necesidades de sus hijos, sean adoptivos o biológicos, y puedan estar disponibles ofreciendo apoyo y contención para enfrentar la dificultad, del carácter que sea ésta.

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  2. En mi opinión, lo único digno de rescatar de esta pieza es "... la importancia del entorno en el que acaban siendo criados estos niños. Según dicho estudio, los efectos genéticos sobre el consumo de drogas son menos potentes en los entornos de bajo riesgo..." Eso es lo que pretende la adopción, criar hij@s en entornos que sean favorables a la vida. Cuando niños que son vulnerables a las dependencias son criados por padres amorosos, en ambientes en donde no se propicia el consumo de drogas, su vulnerabilidad genética no pasa a ser más que eso... como muchas otras debilidades de personalidad que tod@s tenemos.

    Este artículo es uno de los tantos que, por su mala redacción, tergiversa la realidad sobre la adopción:
    1) Cuando indica que "el factor genético influye en la vulnerabilidad a las drogodependencias. Los resultados arrojaron que la predisposición a la adicción es casi el doble en los niños adoptados cuyos padres biológicos -o al menos uno de ellos- eran consumidores de drogas con respecto a los que no. " Comete una falacia ya que el factor genético es independiente de la condición de hij@s adoptivos. La genética, y la vulnerabilidad a las drogas asociada, sería la misma si estos niñ@s hubiesen permanecido con sus familias biológicas.
    2) El artículo mismo admite "No hemos hecho ningún estudio para saber la relación que hay entre la adopción y la drogadicción..." Así que las conclusiones que obtienen son " un cálculo mental aproximado". Y aún si los estimados fuesen cercanos a la realidad, solamente indican que los ma/padres adoptivos son más sensibles a las dificultades que enfrentan sus hijos y están dispuestos hacer todo lo que sea necesario para ayudarlos, como ingresar a programas de rehabilitación.
    3) De su estudio no realizado sobre drogas y adopción, se atreve a obtener otra conclusión: "... cree que en muchos caso la condición de adoptado sirve de "excusa" para justificar el drama de la adicción". Cuando el testimonio del joven indicaría que "...no tiene ni una sola mala palabra para sus padres adoptivos, de los que habla con cariño..."
    Las lecturas rápidas y conclusiones ligeras pueden hacer que las personas que están pensando en adoptar se imaginen realidades que nada tienen que ver con formar una familia desde el amor. Las familias adoptivas no somos perfectas, y seguro enfrentaremos dificultades como cualquier otra, probablemente algunas situaciones más complejas que otras, pero para eso es que nos convertimos en familia!

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