jueves, 4 de junio de 2015

7 Razones por las que la Espera es una M!$&da





Soy madre por adopción.  Esperé exactamente 881 días para conocer a mi hija.  Si hiciera falta, esperaría cien años más para tenerla en mis brazos. Vale el esfuerzo, absolutamente.  Pero eso no evita que la (des)espera por una hija en adopción sea una gran m!$&da….


mama.sufijos.prefijos
Estas son algunas de las razones:
  1. El nido imposible: Caminas tranquila por el centro comercial cuando te ataca el escaparate de la tienda de bebés… comprarás ese lindo pantaloncito azul o el bonito vestido rosado? Simplemente no sabes.  No sabes si tendrás un niño o niña, no sabes su talla, no sabes su peso. Ni siquiera sabes si tu hija ya nació!   Te atreves a entrar.   Después de todo tú eres una madre que (des)espera.   Ahí encuentras una promoción imperdible de biberones junto a los platitos para comida.  Y, otra vez, no sabes.   No sabes qué edad tiene, no sabes si usa chupete, no sabes si ya tiene dientes para lavarle.  Y aun cuando todo el tiempo piensas en que ojalá tu hija tenga suficiente abrigo, no te atreves a comprar esa manta.  Sales directo al patio de comidas para encontrar una solución hipercalórica para tu frustración y en la mitad del camino regresas con paso decidido y compras una cuna (y un juego de sábanas, un cobertor, unos cuadros para la pared, un par de peluches…).  Llegas  a casa y tu marido baja la cabeza mientras te ayuda a descargar el auto.  Juntos, entre angustia e ilusión, decoran una pieza con colores neutros.  Y dos meses después, cierras la puerta porque pasar por ahí y verla (todavía) vacía te duele.  Lo peor de la (des)espera es que no existe fecha de llegada.
  2. El sello de aprobaciónEl psicólogo necesita (sólo) un sesión más? Y tú conoces a tantos padres biológicos que deberían, de verdad deberían, ir un par de veces! La trabajadora social visitará tu casa (otra vez)? Y, en las noticias de la tarde, pasan un reportaje sobre niños viviendo bajo un puente.  La agencia necesita que llenes un (nuevo) formulario?  Respiras profundo, sonríes y vuelves a juntar los certificados necesarios.  A nadie le preguntan “serás un buen padre biológico?”, mientras tu (des)esperas pacientemente, cumpliendo una serie de requisitos que probarán tus competencias como mamá.
  3. Las frases inocentes: Nunca falta la persona que te dice algo así como “y, hay novedades?”… Respondes que no, que el proceso sigue su curso normal pero estas cosas son lentas. Entonces agrega “pero si hay tantos niños por ahí”… Respiras profundo y explicas que cada vez hay menos embarazos no deseados y más programas de apoyo para que las familias puedan hacerse cargo de sus hijos y que crees que ambas son buenas noticias aun cuando prolonguen tu (des)espera. Y con los ojos llenos de admiración te dice “Eres una gran persona, lo que haces es una gran obra”… Otra vez, respiras profundo y  con el tono más cordial posible aclaras que no quieres hacer una obra sino ser mamá. Luego, te confiesa  “yo no sé si podría”… Esta vez sonríes y calmadamente respondes que, así como lo dice, la adopción no es para cualquiera.  Y para rematar pregunta “no te preocupa que…” Pausas y piensas bien antes de contestar, la verdad es que sí te preocupa, tanto como a cualquier otra futura madre, porque las hijas llegan como llegan, sea por un embarazo o por adopción, y es el trabajo de las madres sacarlas adelante.
  4. El rastro de la cigüeña: Invitación a un baby shower! Aceptas con una sonrisa sincera, tu compañera de trabajo que va a tener su (segundo) hijo mientras tu (des)esperas por la tuya.  Ser parte del club es mejor que enterarte por Facebook que tu mejor amiga de la universidad tendrá gemelos y “no supo cómo contarte porque tú…”.  Porque tú también estas esperando a tu hija? Tal vez deberías llevar un cartel que diga “mujeres embarazadas, no oculten su barriga frente a mí”.  Hace mucho tiempo que dejó de doler cuando te muestran un ultrasonido, hace mucho tiempo que dejó de enojar cuando te cuentan que no lo estaban esperando. Verdad? Hace mucho tiempo que no añoras un embarazo, sino sólo tener a tu hija en brazos.
  5. El anonimato: No hay hormonas que hagan tu pelo más brillante y tu piel más tersa, así que la (des)espera no te hace brillar sino que aparentemente todo lo contrario. No hay inmensa barriga que te ceda un asiento en el autobús, así que mejor usa zapatos planos.  No hay pretexto para comer por dos, así que no justifiques tu (aumento) de peso.  No hay motivo para dormir siestas más largas, no hay razón para renovar el guardarropas, no hay ventas especiales, no hay productos de belleza específicos, no hay comerciales significativos por el día de la madre.  El mundo exterior, por lo general, no reconoce la existencia de esta forma de convertirse en mamá.
  6. El Gran Hermano: Quieres cambiar de trabajo? Tendrías que dar aviso a la agencia, ya que tu nivel de ingresos y actividad laboral son parte de varios formularios.  Quieres cambiar de casa? Tendrías que dar aviso a la agencia para coordinar otra visita.  Quieres salir de vacaciones? Tendrías que dar aviso a la agencia y dejar números de contacto.  El médico dice que debes realizar esa cirugía? Tendrías que dar aviso a la agencia de cuánto durará la recuperación.  Murió tu suegra querida? Tendrías que dar aviso a la agencia por el periodo de duelo. Terminaste un curso de postgrado? Tendrías que dar aviso a la agencia para volver a cambiar los formularios.  Estas leyendo este post? Tendrías que dar aviso a la agencia!
  7. La adicción al beep: Lo único que terminaría con tu agónica (des)espera es una llamada por teléfono que diga “tu hija llegó” pero cuando revisas tu celular, está agotada la batería! Así que almuerzas de pie junto a esa columna del restaurante que tiene un enchufe.   Suena el tono de llamada perdida.  Una es tu tía preguntando si hay novedades, otra es un número que no conoces. Pánico.  Llamas a tu marido y te cuenta que a él no lo han llamado.  Seguro en la agencia lo llamarían si no logran localizarte. Solo por si acaso, devuelves el llamado.  Es un call center de seguros de vida. Cuelgas rápidamente y a los pocos segundos suena el tono del teléfono.  Es un vendedor devolviendo tu llamado.   Suena el tono de notificación.  Es alguien actualizando las fotos de su mascota en Facebook.  Suena el tono de correo electrónico.  Es un mail masivo con una promoción de zapatos.  Está claro, la (des)espera te hizo adicta al celular.  Hasta que una día, sales corriendo de un ascensor con mala recepción de señal… te están llamando de la agencia!
Si eres mamá por adopción, sabes que tu hijo o hija llegó en el momento perfecto.  Que la espera, aunque es sea una gran m!$&da con toda su impotencia e incertidumbre, te preparó de formas en las que ni siquiera sabías que necesitabas ser preparada.  A mí me pasó, mi hija perfecta llegó a mis brazos el momento preciso, justo cuando yo sentía que ya no podía (des)esperar más.
Si eres mamá de corazón, esperando adoptar, por favor, cuéntame cómo soportas tu (des)espera porque me están entrando las ganas de iniciar una segunda…

URL: http://numrl.com/0615a

9 comentarios:

  1. Soy una madre en (des)espera. Según los últimos datos, todavía nos faltan por lo menos dos años y medio para esperar esa llamada y para impacientarnos. Hasta el momento, hemos preferido vivir la espera un tanto ajenos a ella. Por lo menos tenemos la libertad de decidir cómo sobrellevarlo. Cuando iniciamos el proceso, mi vida giró 360 grados y me volqué de tal manera, que mi madre un día me aconsejó que no derrochara toda mi energía en estos años de sequía absoluta, y la guardara para más adelante, que falta me haría. Y tenía razón. Los días transcurren con un mutismo total y las novedades caen con cuentagotas, al fin y al cabo, conocemos cual es la realidad y sabemos que no existe ninguna manera de agilizar el proceso. "No por mucho madrugar, amanece más temprano". Sí es cierto, tal como comentas, que la sensibilidad está a flor de piel y hay ciertas circunstancias que despiertan tu emotividad, también lo es, que la gente pregunta una y otra vez, y tus respuestas no son del todo claras porque aburre dar explicaciones continuamente. Ante todo, como el otro día le decía a mi marido, es la experiencia sensorial más bonita que haya vivido nunca, y lo mejor está por llegar.

    ResponderEliminar
  2. Hola! He leído tu blog por primera vez y me ha encantado esta entrada!! Nosotros estamos en doble (des) espera; en Madrid y en Polonia. No tenemos plazos concretos pero como dice Anónimo en el comentario anterior...yo voy empleando toda mi energía en informarme, formarme, conocer gente, hacerme a la idea..y a veces siento que debería parar. Pero no puedo. Parte de mis energías las invierto en un blog donde cuento nuestra historia y los momentos por los que pasamos : https://1diamases1diamenos.wordpress.com/ . Como te decía, esta entrada me gusta tanto por verme tan reflejada que me encantaría publicarla en mi blog también, (citando la fuente, por supuesto). ¿te importa? Un abrazo y suerte!!

    ResponderEliminar
  3. Igual que Cristiana no conocía tu blog y me encantó tu entrada! También estoy en el periodo de (des)espera con nuestro expediente en Polonia. Según la agencia estaríamos mas o menos a la mitad del tiempo de espera.
    Empleo mi tiempo en informarme leyendo y hablando con gente; a parte de "disfrutar" del tiempo antes de recibir la llamada.
    Gracias Cristina por haberme(nos) pasado este enlace y a ti por haberlo escrito.
    También llevo un blog looking4ourchild.blogspot.com , en francés (idioma de mi DNI y de mi corazón).
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Hola! Gracias por sus comentarios, realmente me halaga que se sientan identificadas. La intención era ponerle un poco de humor a la impotencia e incertidumbre de la (des)espera. Primero que nada, quiero asegurarles que la espera termina y el minuto en que pusieron a mi hija en mis brazos supe porqué era necesario pasar por todo esto.

    No creo que exista una forma correcta para (des)esperar por tu hijo. Sí creo que la espera se vive de manera distinta en diferentes momentos. Yo tenía días en que quería comentarle a todo el mundo sobre el proceso de adopción y días en los que me encerraba detrás de un plato de pasta y una copa de vino. En general, pasé mi primera espera matando mis dragones, leyendo mucho sobre adopción, apego y resiliencia y buscando cuentos para leerle a mi hija cuando llegara. Ahora que soy mamá, sé que parte de ese tiempo habría estado mejor empleado en leer sobre crianza en general, tomar cursos de cocina saludable, de estimulación temprana y de primeros auxilios. Y si inicio una segunda (des)espera, creo el tiempo estará mejor utilizado en consolidar el vínculo con mi hija.

    Luego, creo que es positivo darse un poquito de permiso para ilusionarse con su hij@. De hecho, ya lo están haciendo al conectarse con otras personas que ya han transitado (o que han acompañado) por el camino de la adopción.

    Finalmente, creo que la impotencia e incertidumbre de la (des)espera me permitirá conectarme con mi hija el momento de afrontar su adopción. El sentirme impotente y rodeada de incertidumbre en el camino de encontrarla me permite imaginar cómo se sentía ella, una bebé de pocos meses de nacida, tratando de encontrar a su mamá.

    ResponderEliminar
  5. hola me encanto esta entrada del blog, yo aun no soy una madre en des espera, pero estoy en proceso en comenzar a serlo pero confieso que tengo muchoooo temor de no saber esperar.... Pero mi deseo de amar a un hijo(a) es inmenso

    ResponderEliminar
  6. Yo no puedo tener bb tengo apenas 24 años casada con una persona maravillosa pero en este pais no hay manera de adoptar y bolvernos madre de corazón y con amor si somos pobres.. eso es lo malo .. y si estoy equivocada ojala me ayuden a salir de ese concepto informandome

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimada amiga
      Tienes razón que la maternidad no tiene que ver con dinero, tampoco con educación, religión, color de piel u orientación sexual, ni siquiera con la capacidad de engendrar, sólo con la capacidad de entrega y el deseo de dar amor.
      Adoptar implica un camino difícil y largo, en que hay que enfrentar los propios dolores, dudas y temores, y hay que prepararse para apoyar al hijo con los suyos propios. La larga espera es parte de lo que deben enfrentar, pero nadie debiera estar excluido de participar de este proceso, si tiene las condiciones para ello. Y la escasez material no es un factor de exclusión mientras el niño pueda ver satisfechas sus necesidades materiales básicas. Así mismo, con sus necesidades físicas, emocionales, sociales y espirituales básicas, todo lo que un padre amoroso y protector ofrece, sin necesidad de contar con cualidades excepcionales o condiciones materiales extraordinarias.
      Quien se acerque manifestando el deseo de adoptar, debiera ser bien recibido en las instituciones acreditadas, y desde la acogida, acompañarlo en su camino a ser p/madre.

      Eliminar
  7. "Hace mucho tiempo que no añoras un embarazo, sino sólo tener a tu hija en brazos" Me encantó esta parte. Yo ya no estoy en espera... ya tengo un nene de casi 4 años que llegó cuando el tenia 1 año 4. Tengo varias anécdotas algunas divertidas, otras tristes, pero reconozco que ahora hasta las tristes me las aguanto con humor. La vez que lleve el mural de "mi familia" para la exposición del jardín (si, los niños tan pequeñitos disertan) y el muy campante dijo que era un niño adoptado y que su lela, su yaya, sus papas y tía también eran adoptados (ahí me di cuenta que no el no entendía bien que significaba) y las veces cuando volví a trabajar del postnatal, (solo tuve 3 meses) y me preguntaban y como está tu bebe y yo les contaba bien y me preguntaban cosas de bebe, pero ni niño ya no era tan bebe y al final sin querer terminaba contándole a todo el mundo que era mamá adoptiva. Y la primera vez que llevé a vacunar a mi hijo a un consultorio y la enfermera casi me denuncia por negligente ya que por el nuevo rut que tenia no aparecía con ninguna vacuna en el sistema nacional, y yo ahí sacando sus papeles que por un tiempo andaba trayendo por todos lados en la cartera, con su cartola de vacunas del rut anterior y con todas sus vacunas. En fin, creo que siempre ocurrirán anécdotas e historias diferentes a las mamas biológicas, lo bueno es poder compartirlas con otras mamas y papas, ahora hay mas familias adoptivas y es común contarlos y no es tabú como años atrás, incluso en el jardin de mi hijo somos dos familias adoptivas, ahí nos hicimos amigas y nos contamos cosas y aconsejamos. Así que gracias por este blog es muy lindo sentirse reflejada en las historias de amor de los demás.

    ResponderEliminar
  8. Hola, me gusta tu articulo y la revista en gral. Me ayudan a calmar mi ansiedad y a entender q no soy la única q pasa x las situaciones, emociones, frustraciones del proceso de adopción. Con mi marido, aún no podemos quedar inscritos en el registro nacional de padres y comenzar con esta otra etapa. La de entrevistas q hay q hacer, dcmtación q presentar ya nos ha llevado 10 meses. A ratos decaigo y pienso el xq de tanta burocracia, a ratos entiendo q va en beneficio de todos esos pequeños q necesitan asegurarse de llegar a un buen lugar. Como sea, el leer lo q uds comentan, me hace sentir q voy en el camino, q debe ser asi y q llegará cuando tenga q llegar. Gracias x ayudarme a entender y a calmar mi impaciencia. Gracias por compartir sus experiencias. Carolina.

    ResponderEliminar