Preguntas Abre-Puerta
¿Quieres que conversemos acerca
de tu día en el colegio? ¿Quieres hablar de lo que parece estarte molestando?
Preguntas Abiertas
Estimulan la conversación. Suelen
comenzar con las palabras “Qué” o “Cómo”, lo que induce a explayarse en la respuesta:
¿Cómo te fue en el colegio? ¿Qué hiciste?
Preguntas cerradas
Sólo obtienen respuestas de Sí o
No. Ofrecen menos espacio para desarrollar una idea propia: ¿Jugaste en el
colegio? ¿Quieres un chocolate?
Preguntas Positivas
Inducen a una respuesta positiva,
comienzan o terminan con “Cierto” o “Verdad”. ¿Terminas la tarea y después
salimos, cierto? ¿Vas a comerte esa sopita, verdad?
Tenga cuidado de no hacer demasiadas preguntas, dado que,
cuando esto sucede, las conversaciones se convierten en interrogatorios y los
niños y las niñas no participan.
Para mantener el diálogo escuche activamente, logrando:
- Situarse en el lugar del otro, tratando de comprender sus sentimientos y pensamientos.
- Demostrarle que lo estamos escuchando y que nos interesan sus asuntos y lo que nos está diciendo.
- Acoja lo que dice, sin expresar juicios.
- Si es necesario repita mentalmente lo que escucha.
- Deje para más adelante las opiniones personales y los consejos.
- Mientras el niño o niña le habla, mírelo, asienta, inclínese hacia adelante, sonría o utilice expresiones como “ahh”, “mmmm” o “ya veo”.
- Ocasionalmente, realice alguna pregunta abierta, recuerde que debe comenzar con “¿qué...?, o “¿cómo....?”.
- Cuando el niño o la niña termine de hablar, demuéstrele que está tratando de comprenderlo, resumiéndole lo que dijo con palabras sencillas o algún gesto.
- Después, pregúntele si eso es lo que quería decir, dándole oportunidad para que rectifique, por ejemplo: “¿Eso pasó?, “¿Te entendí bien?”.
En algunas ocasiones el niño o la niña no desea que sus
padres sepan lo que sucede en su interior. En tales momentos, puede que las
preguntas “abre-puertas”, o las invitaciones para hablar sean contestadas con “no”,
“nada” o “no me pasa nada”. En esas situaciones se recomienda no insistir, ya
que podría generar mayor resistencia.
Se recomienda:
- Esperar otro momento para hablar con el niño o la niña.
- Se le puede animar a hablar, pero con tino y sin presionarlo.
- Si se considera necesario, solicitar ayuda médica, psicológica u otra, dependiendo de lo observado.
- Que se aceptan y respetan sus sentimientos.
- Una actitud cálida.
- Un apoyo incondicional.
- Que lo van a escuchar cuando se sienta dispuesto o preparado para hablar.
En la comunicación entre padres e hijos/as existen momentos
para escuchar y momentos en que se requiere un aconsejar y proporcionar
información.
Algunas sugerencias para dar consejos:
- Dese un momento para analizar lo que va a decir, antes de hablar con el niño o la niña.
- Elija la información y el lenguaje apropiados para la edad del niño o la niña.
- Aliéntelo/a a realizar preguntas, ya que esto ayudará a comprender lo que requiere o lo que está buscando.
- Sea franco: No tema comunicar su parecer, ni tampoco reconocer que desconoce alguna información (dependiendo del caso, pueden buscar la información en conjunto).
- Trate de evitar los “sermones” o repetir lo ya dicho, sin dar cabida a opiniones.
- Esté atento a las señales no verbales ya que pueden proporcionar información adicional.
URL: https://goo.gl/DPLL9t
Hola!
ResponderEliminarEstoy revisando la información que Uds proporcionan para mejorar la comunicación y prevenir el abuso sexual, y les agradezco mucho todo lo publicado. Muy didáctico y completo.
Nos alegra que resulte de utilidad para las familias. Este material fue realizado por Publicaciones RiF y nos solicitaron compartirlo con el interés de aportar en el fortalecimiento de los vínculos familiares y la protección a la infancia. Es un material muy completo y de fácil aplicación, resultando atractivo para los niños y con herramientas muy útiles para los adultos a cargo.
EliminarEsperamos que llegue a la mayor cantidad de niños, y sus padres y cuidadores, que se pueden ver beneficiados por éste.