Formar
una familia a través de los hijos es, en primer lugar, una opción.
Tener un hijo
es una decisión que se toma con mayor consciencia o mayor presión del entorno,
ya sea ante un embarazo no planificado, como ante la planificación de ser madre/padre.
Lo que se hace en una primera etapa es evaluar la propia vocación para la
parentalidad, las condiciones y habilidades con que se cuenta para llevar a
cabo un proyecto así y cuánto se está dispuesto a hacer por cumplir con un buen
papel. Es proyectarnos como madre/padre e imaginar si nos sentimos cómodos con
esa imagen.
No todo
adulto está llamado a ser madre/padre. Algo que quizá era impensado años atrás,
hoy existe mayor libertad para plantearse la opción. Se vive menos rechazo y
presión (aunque no deja de existir todavía) ante quien no está dispuesto a
hacerlo o quien prefiere postergar la decisión, anteponiendo otros proyectos en
su vida.
Ante un
embarazo no planificado, en que la mujer y el hombre (en mayor o menor medida,
pero debiera ser en igualdad de condiciones) se enfrentan a esta opción, se ven
forzados por las circunstancias a tomar una decisión. Las alternativas son variadas
y con diversos matices, pero podemos identificar las más comunes, que son la
posibilidad de abortar; de entregar al niño en adopción; de criarlo uno de
ellos o ambos; que uno asuma su crianza y el otro apoye sin involucrarse (económicamente,
por ejemplo); entregarlo a algún familiar que se haga cargo de su cuidado (tan
común en nuestra cultura ver a las abuelas en este rol); o criarlo “en la tribu”,
toda una comunidad, como la familia extensa, se involucra en la tarea.
Formar
una familia a través de los hijos es, en segundo lugar, un deseo.
Una vez
considerada la opción y resuelto que existe interés por seguir el camino de la
parentalidad, comienza a forjarse el deseo por el hijo. Devienen entonces la
búsqueda de los medios para lograrlo, que ofrecen mayores alternativas y
matices, pero que reduciremos tan sólo a ideas generales. Estos medios comienzan
con la elección de la pareja para procrear y, eventualmente, para criar al
hijo; o la búsqueda de hacerlo sin una pareja (encuentros casuales y sin compromiso
o donación de material genético); procedimientos de fertilización asistida (de
menos a más invasivos y cada uno con sus propias consideraciones éticas); y
finalmente (por lo común surge una vez fracasados o descartados los medios
anteriores) la adopción.
El deseo por
el hijo nos enfrenta con la decisión de cuánto se está dispuesto a hacer por
conseguirlo, con la necesidad de establecer los propios límites para alcanzar
el deseo de la parentalidad. Podemos sentirnos con el derecho a ser madre/padre,
como cualquiera, pero deseo no es lo mismo que derecho, particularmente porque se
superpone con el derecho del niño a tener una familia que lo ame, cuide,
proteja y eduque. La pregunta que surge, y legítimamente a mi parecer, es quién
es el llamado a decidir quién será o no buena madre/ padre, bajo qué parámetros
medibles y demostrables. Es cierto que es una cuestión discutible, existirán
criterios dispares al respecto y será difícil llegar a un acuerdo que deje
satisfecho a todos, pero no por ello debiese obviarse velar por proteger el
derecho del niño de tener la mejor familia posible.
¿Y qué ocurre
con el deseo de ser madre/padre? Sí, existe un deseo que puede ser muy fuerte, que
proviene posiblemente de una intensa vocación por la parentalidad que busca ser
satisfecha. No se puede negar el derecho a intentar ser madre/padre, pero nadie
puede garantizar que lo será. Aceptar que no es un derecho, sino un deseo,
permitirá que se pueda abordar la frustración como una decepción ante el deseo,
con la posibilidad de enfrentarlo como un duelo que es posible elaborar,
aprender a vivir con él y seguir adelante, integrarlo en la vida como un
elemento constructivo de quienes somos. La elaboración del duelo tampoco está
garantizada, pero es una oportunidad de crecimiento que puede ser alcanzada o
no.
Formar
una familia a través de los hijos es (o no), en tercer lugar, una oportunidad.
Es una oportunidad
de cumplir nuestro anhelo de ser madre/padre e influir positivamente en la vida
de nuestros hijos o de vivir el duelo de no serlo para encontrar otra forma de
expresión de nuestra vocación. Existen diversas formas de influir positivamente
en la vida de un niño y corresponde a cada uno descubrir cuál de ellas le hace
sentido. Por ejemplo, los tíos y los padrinos pueden jugar un rol muy
importante en la vida de sus sobrinos o ahijados, ejercer una influencia
positiva y compartir mucho amor e intereses con ellos. Diversas formas de
voluntariado en el trabajo con niños también ofrecen satisfacciones personales
similares. Existe mucha necesidad de figuras significativas en el mundo de la
infancia, tutores de resiliencia que ofrezcan herramientas para afrontar
experiencias adversas y les permitan volver a ponerse de pie. No siempre es
posible cambiar las circunstancias de vida de un niño, pero podemos ofrecerle
apoyo para que pueda vivir de la mejor manera con ellas.
Ser madre o padre
no es la única forma de satisfacer el deseo y la vocación de la parentalidad.
Psicólogo Clínico Infanto-Juvenil
E ULIMĂTOR SA VORBI MINUNAT DESPRE DR DAWN. Eu sunt Vanessa Canga. Am avut o uniune frumoasă cu soțul meu și am împărtășit fericire, căldură și dragoste adevărată. Am locuit împreună timp de 10 ani și am avut doi copii. În urmă cu câteva luni, am început să avem probleme nesfârșite și certuri constante. Casa era plină de nefericire și copiii mei plângeau mereu văzându-ne luptăm tot timpul. În cele din urmă, a plecat și a tăiat toate mijloacele pentru ca noi să comunicăm cu el. Am făcut tot ce am putut să-l recuperez din cauza cât de mult l-am iubit, dar fără rezultat. DR DAWN mi-a venit în ajutor când l-am contactat și mi-a dezvăluit că în spatele problemelor pe care le aveam stă o femeie și mi-a promis că mă va ajuta, ceea ce a făcut când i-am urmat procedurile de lucru. Soțul meu s-a întors acasă la noi și am inventat lucruri. Trăim din nou fericiți împreună. DRAWN te poate ajuta și pe tine. contactați-l prin WhatsApp: +2349046229159
ResponderEliminarE-mail: dawnacuna314@gmail.com
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