Vale la pena que los papás puedan ver películas infantiles, es un ejercicio que nos permite remirar las situaciones cotidianas desde otra perspectiva.
Tarzán es una historia de adopción que muestra los contrastes entre la acogida-aceptación y el rechazo-prejuicios que suelen convivir en nuestra sociedad. Por un lado impacta la reacción y comportamiento del líder de los gorilas, quien desconfiado, rechaza a este niño que no pertenece al clan. Quizás esta figura es representativa de muchos de los prejuicios sociales que giran en torno a la adopción, de las aprehensiones que implica recibir a un otro que tiene un origen, un pasado y una historia distinta. Es la voz que señala, como un cable a tierra, que tanto el niño como los padres estarán expuestos a estos prejuicios, frente a lo que necesitan volverse fuertes y conscientes.