Formar
una familia a través de los hijos es, en primer lugar, una opción.
Tener un hijo
es una decisión que se toma con mayor consciencia o mayor presión del entorno,
ya sea ante un embarazo no planificado, como ante la planificación de ser madre/padre.
Lo que se hace en una primera etapa es evaluar la propia vocación para la
parentalidad, las condiciones y habilidades con que se cuenta para llevar a
cabo un proyecto así y cuánto se está dispuesto a hacer por cumplir con un buen
papel. Es proyectarnos como madre/padre e imaginar si nos sentimos cómodos con
esa imagen.